La calidad del aire desempeña un papel fundamental en el mundo de los sistemas de aire comprimido. Esta entrada del blog profundiza en las entrañas de la norma ISO 8573-1, una norma clave que define la calidad del aire y establece el referente para sistemas de aire comprimido a nivel mundial. Comprender esta norma es esencial para sectores que dependen del aire comprimido para sus operaciones.
La norma ISO 8573-1 es una norma fundamental en lo que se refiere a calidad del aire comprimido, ya que proporciona un marco completo para la clasificación de la pureza del aire. Desarrollada y mantenida por la Organización Internacional de Normalización (ISO, acrónimo de su traducción al inglés), esta norma es fundamental a la hora de definir los niveles de presencia de diversos contaminantes en los sistemas de aire comprimido. Establece requisitos específicos para tres tipos principales de contaminantes: En este orden: partículas, agua y aceite, cada uno de los cuales puede afectar significativamente al rendimiento y la seguridad de las aplicaciones de aire comprimido.
La norma está estructurada en varias partes, siendo la norma ISO 8573-1 el documento principal que describe las principales categorías de contaminantes del aire y sus límites permitidos. Ofrece un sistema de clasificación detallado para cada tipo de contaminante y especifica los niveles de concentración máximos permitidos en el aire comprimido. Estos niveles están definidos en una serie de "clases de pureza" o "clases de calidad", que varían en función de la sensibilidad de la aplicación y del impacto potencial de la contaminación.
En el caso de las partículas sólidas, la norma especifica el número máximo de partículas permitidas por metro cúbico de aire y las clasifica en función de su tamaño, medido en micras. En el caso del agua, la norma ISO 8573-1 define los límites en función de la forma de humedad presente (vapor, líquido o aerosol) y utiliza el concepto de punto de rocío a presión (PDP) para cuantificar el contenido de humedad. Para el aceite, la norma incluye las formas de aceite tanto líquidas como de vapor, con límites expresados en términos de concentración (mg/m³).
La norma ISO 8573-1 no es un documento estático, sino que evoluciona para reflejar los avances tecnológicos y los cambios en las prácticas industriales. Se utiliza ampliamente en diversos sectores, como el farmacéutico, el de alimentos y bebidas y la fabricación de multitud de productos, donde la calidad del aire comprimido es fundamental. El cumplimiento de la norma ISO 8573-1 es esencial para garantizar la fiabilidad, la seguridad y la eficiencia de los sistemas de aire comprimido, y sirve de referencia para la garantía de calidad y el cumplimiento normativo en muchos sectores.
La norma ISO 8573-1 clasifica la pureza del aire en tres componentes fundamentales: Partículas sólidas, agua y aceite. Cada categoría tiene clases específicas que definen los niveles de concentración de estos contaminantes, y proporcionan un marco claro para mantener la calidad del aire en los sistemas de aire comprimido.
1. Partículas sólidas
Esta categoría aborda la concentración de partículas sólidas en el aire, que pueden variar desde pequeñas partículas de polvo microscópicamente hasta desechos más significativos. La norma define varias clases de tamaño y concentración de partículas, medidas en micras y el número de partículas por metro cúbico de aire. Por ejemplo, la Clase 1 especifica un tamaño de partícula de 0,1 a 0,5 micras con un límite de concentración, mientras que la Clase 5 permite partículas más grandes con una concentración más alta. El cumplimiento de estas clases es crucial en aplicaciones en las que incluso las partículas más pequeñas pueden causar una contaminación significativa del producto o daños en los equipos de precisión.
2. Agua
El agua presente en el aire comprimido puede existir de varias formas: Vapor, líquido o aerosol. La norma ISO 8573-1 clasifica el contenido de agua en función del punto de rocío, que es la temperatura a la que el aire se satura y el vapor de agua comienza a condensarse en líquido. Las clases van desde un punto de rocío más bajo, que indica un aire más seco, a un punto de rocío más alto, lo que significa más humedad. Por ejemplo, la Clase 1 requiere un punto de rocío a presión (PDP) de -70 °C o inferior, adecuado para entornos en los que la humedad puede afectar gravemente a la calidad del producto o provocar congelación en los controles neumáticos.
3. Aceite
El contenido de aceite en el aire comprimido se contempla tanto en forma líquida como en forma de vapor de aceite. Esta categoría es fundamental porque la contaminación por aceite puede degradar la calidad del producto, dañar los equipos y plantear riesgos para la salud. La norma especifica las clases basadas en la concentración de aceite (incluidos el aerosol de aceite, el vapor y el líquido) medida en miligramos por metro cúbico. Por ejemplo, la Clase 0 representa el mayor nivel de pureza con el menor contenido de aceite, esencial para sectores como los farmacéuticos y la elaboración de alimentos o bebidas, en los que incluso las trazas de aceite pueden ser inaceptables.
Al cumplir estas especificaciones detalladas de cada categoría, las industrias pueden garantizar que sus sistemas de aire comprimido cumplen las normas más estrictas de pureza y eficiencia, como se indica en la ISO 8573-1. Este cumplimiento no se trata solo de un formalismo, sino de un compromiso con la calidad, la seguridad y la excelencia operativa.
Grado de pureza |
Partículas sólidas |
Agua |
Aceite total |
|||
Máximo número de partículas por m3 |
Punto de rocío a presión (PDP) |
Concentración |
||||
0,1 < d ≤ 0,5 μm** |
0,5 < d ≤ 1,0 μm** |
1,0 < d ≤ 5,0 μm** |
°C |
°F |
mg/m3 |
|
0 |
Según lo especificado por el usuario o proveedor del equipo y más estricto que la clase 1. |
|||||
1 |
≤ 20000 |
≤400 |
≤10 |
≤ -70 |
≤ -94 |
≤0,01 |
2 |
≤ 400000 |
≤ 6000 |
≤100 |
≤ -40 |
≤ -40 |
≤ 0,1 |
3 |
- |
≤ 90000 |
≤ 1000 |
≤ -20 |
≤ -4 |
≤ 1 |
4 |
- |
- |
≤ 10000 |
≤ 3 |
≤ 37,4 |
≤ 5 |
5 |
- |
- |
≤ 100000 |
≤ 7 |
≤ 44,6 |
- |
6 |
≤ 5 mg/m3 |
≤10 |
≤ 50 |
- |
El cumplimiento de la norma ISO 8573-1 no es solo una obligación normativa, sino un aspecto fundamental de la excelencia operativa en los sectores que utilizan aire comprimido. Al cumplir esta norma, los fabricantes se aseguran de que el aire comprimido esté libre de contaminantes como partículas sólidas, agua y aceite, que son fundamentales para mantener la eficiencia del sistema, la calidad de los productos y la seguridad. Este cumplimiento es esencial para evitar costosos tiempos de inactividad, garantizar la longevidad de los equipos y mantener los más altos estándares de producción y seguridad medioambiental. En esencia, la norma ISO 8573-1 no es solo una directriz, sino la piedra angular para garantizar la calidad en aplicaciones de aire comprimido.