Según el tamaño del compresor y la humedad del clima, el aire comprimido contiene agua como líquido y vapor. Una pequeña combinación de compresor y secador frigorífico de 170m³/h (100 cfm), que funciona durante 4000 horas en condiciones climáticas típicas, produce aproximadamente 8300l (2200 galones) de condensado líquido al año. El agua, en cualquier forma, debe ser eliminada para que el sistema funcione correctamente y eficientemente. Es por eso que los secadores son indispensables para generar aire limpio y seco.

Conozca una amplia gama de opciones de secado y filtración que ayudan a eliminar la humedad dañina del aire comprimido. 

• Los refrigeradores posteriores reducen la temperatura y el contenido de agua del aire comprimido. 
• Los separadores de líquidos a granel eliminan el líquido condensado en el sistema de distribución. 
• Los filtros de partículas eliminan los contaminantes de partículas sólidas y separan los líquidos a granel del flujo de aire.
• Los filtros coalescentes eliminan los aerosoles líquidos y las partículas (no los vapores). 
• Los secadores frigoríficos generan puntos de rocío de 3°C (37°F) a 10°C (50°F). 
• Los secadores de adsorción producen puntos de rocío de -40°C (-40ºF) a -70ºC (-94ºF). 
• Los secadores de membrana tienen capacidades de secado variables desde -40°C (-40°F) hasta 2°C (35°F), en función del flujo. En la mayoría de las plantas, un sistema de aire comprimido suministra muchas aplicaciones. 

Pero los requisitos reales de calidad del aire en el punto de uso varían en función de la estación de trabajo o la máquina. El mejor consejo, el aire comprimido debe tratarse antes de entrar en el sistema de distribución y en cada punto de uso. Este enfoque proporciona la purificación del sistema más económica al eliminar la contaminación residual del sistema de distribución, al tiempo que garantiza que las áreas críticas reciban aire tratado con la máxima pureza para proteger equipos valiosos y evitar costosos tiempos de inactividad.